GOLPES
El famoso escultor de la época del
Renacimiento llamado Miguel Ángel decía que hacer una escultura es muy fácil:
“Solo hay que quitar la piedra que sobra, porque la figura está ahí dentro”.
Pero no se si habló de los miles, quizá millones de golpes que son necesarios
para conseguirlo.
Cuando empecé a tallar la madera hice tanto
ruido que los vecinos vinieron a quejarse. Aquello no era precisamente música
rítmica ni percusión, por lo que tuve que buscar un lugar apartado para poder
seguir pero sin molestar.
A los pocos días los golpes eran menos
fuertes pero mas precisos, para ir convirtiendo la madera en figura. Mientras
lo hacía, recordé al argentino que una vez me dijo: “Sabé que los hombres se
hacen a golpes”. Tenía razón pero solo a medias, porque cuando hablamos de los
golpes de la vida nos olvidamos de los golpes de la suerte que también nos
acompañan.
Para terminar mi figura ya no eran
necesarios los golpes. Los toques finales los podía hacer con cuchillas o lija.
Pero el golpe de sorpresa me lo llevé cuando aquello empezó a hablarme y me
dijo.
--¿Porqué me has dado la forma de un hombre
preso?
--Eras un preso mientras te estaba haciendo,
pero ahora eres libre, porque esa reja no es de una prisión sino de la ventana
de tu casa.
Cayetano Benitez
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